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Visión del CRUP sobre el futuro de nuestro país y el cuidado de nuestra casa, en el marco del Bicentenario de la Independencia

14 septiembre, 2016

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Convocatoria

Los rectores del Consejo de Rectores de Universidades Privadas, reunidos en plenario, en San Miguel de Tucumán el 09 de septiembre de 2016, decimos:

En el año del Bicentenario, Tucumán nos convoca a reflexionar sobre el futuro del País en términos de realización continuada y sostenible de la Independencia.

Nuestra presencia pretende ser un homenaje al Bicentenario de la Independencia, un reconocimiento a nuestra historia, una reafirmación de la conciencia de nuestro presente y de compromiso con el futuro.

El desafío para nosotros es el futuro y la construcción sostenida de estrategias y acciones para garantizar responsablemente la solidaridad intergeneracional, la calidad de vida para los ciudadanos de hoy y su continuidad para las generaciones de mañana.

En presencia del Gobernador de Tucumán y parte de su gabinete, hacemos propio lo declarado en el “Acta de Compromiso para el Tercer Siglo de los Argentinos” suscripta por el Presidente de la Nación y los Gobernadores de las Provincias el pasado 9 de julio de 2016, en la que se expresa: “Venimos a reafirmar nuestro compromiso de hacernos cargo y ser conscientes de que comenzamos a vivir el tercer siglo de nuestra patria. Sabemos que tenemos grandes desafíos por delante. Los próximos cien años serán obra de los hombres y mujeres que compartimos este tiempo, unidos en el sentimiento profundo de una historia común. El futuro lo hacemos juntos”.

Nos convoca también nuestra adhesión como educadores a la Declaración de Purmamarca 2016 del Consejo Federal de Educación en sus principios fundamentales que invitan a acudir “en pos de concretar los desafíos pendientes que requiere la República Argentina, para afianzar el valor central de la educación como principal política de Estado que garantice el desarrollo social y económico del país sostenido en el tiempo”.

Asimismo, como universitarios, actuamos en el marco del convenio del CRUP con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el Instituto para la Educación Superior de América Latina y Caribe (IESALC-UNESCO), y la Academia Nacional de Educación (ANE), suscripto en este año 2016, con vistas a la realización de la Conferencia Regional de Educación Superior a realizarse en Córdoba en 2018, en la que, a cien años de la Reforma, se tematizarán las directrices de las Universidades para la próxima década, considerando la paz y la sustentabilidad entre sus postulados.

Lo hacemos conscientes de la responsabilidad como universitarios de incubar las ideas transformadoras, tal como se evoca en la Declaración que emitió este cuerpo de rectores, también en Tucumán, en octubre de 2011, en la que recordamos que hace 200 años, casi como una Utopía, los padres de la Patria se inspiraron en una causa libertaria gestada en la Real Audiencia de Chuquisaca, ámbito universitario y cuna de ideas de la época.

Finalmente, nuestro diálogo, nuestra reflexión y esta declaración se inspiran en el texto de la Encíclica “LAUDATIO SI” del Santo Padre Francisco, sobre el cuidado de la Casa Común (mayo 2015).

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Declaración

Hemos centrado este encuentro entre Rectores y Educadores en torno a la compleja temática de la Sostenibilidad a partir de los Ejes de la Independencia, el Ambiente y la Educación.

Coincidimos que no hay Educación sin Independencia, pero la Independencia no sobrevive ni se sostiene sin Educación.

Estamos en la ciudad que alberga la Casa Histórica, cuna de la Independencia; del mismo modo que estamos en la Casa Común como nos señala el Papa Francisco.

Pero no podemos hablar de Casa sino hablamos del hombre que la habita. Casa y hombre como una unidad indisoluble. La Casa es nuestro país y el hombre es su gente, los argentinos; pero lo son también la Madre Tierra y los hermanos del Mundo.

Somos educadores, que además en nuestro rol de rectores gestionamos la formación de ese Hombre que habita la Casa. Nos ocupa la educación de los hombres de hoy tanto como de las generaciones que vienen. Pero advertimos que estamos ante un cambio de paradigma global, un cambio que reclama el cuidado de la casa y de la dignidad humana y al que aún no satisfacemos.

Estamos ante innumerables riesgos de la Casa común: riesgos del consumo, de la pobreza, de la disponibilidad del agua, de la pérdida de biodiversidad, de la urbanización acelerada, del cambio climático y hasta de los riesgos de la fatalidad de los accidentes ambientales y, peor aún, de las guerras. Estamos ante un deterioro pronunciado que resulta en una inequidad planetaria.

El riesgo se acentúa por la “debilidad de la reacción de la dirigencia mundial” (Laudato Si, Cap 1, VI). Formamos parte de esa dirigencia y nos incumbe hacernos cargo. La condición humana está puesta en juego.

Las Universidades nos ocupamos del conocimiento especializado y de su transmisión. Al respecto estamos convencidos y predicamos que el acceso al conocimiento es un derecho humano, un bien común en el sentido dicho en la CRES Cartagena 2008. Pero atención, el conocimiento especializado del que nos preciamos no siempre es un saber cuya aplicación o utilidad esté respaldado por la ética. El conocimiento científico y tecnológico que acuñamos no siempre acude a favor del hombre y de su casa, por el contrario, se realiza en un paradigma tecnocrático que cosifica, homogeiniza, domina y deja afuera. Por lo tanto, desde las Universidades mismas advertimos que se requiere de una conversión ecológica que genere una educación no solo científica o tecnológica, sino una educación si bien está fundada en conocimiento y en tecnología, responda a una concepción integral y holística y se oriente a respetar lo diverso y ampliar la fuente del conocer.

Advertimos: la sociedad clama a la universidad por un modelo formativo y educativo, por un nuevo paradigma, que además de formar profesionales, eduque hombres y mujeres con hábitos efectivos de ciudadanía responsable para que asuman el desafío de cuidar la casa común que habitamos.

En esta reflexión los rectores hemos advertido que la crisis y el descuido de la casa que se evidencia y describe en la Encíclica, tiene una causa profunda de raíz humana. Por tanto, será necesario, disponer de la capacidad de académicos, investigadores, estudiantes, alineados a los intereses de la comunidad, para desentrañar y exponer las verdades necesarias para dar un paso hacia una nueva ecología, un nuevo humanismo. Un nuevo modo de construcción en cuyos postulados se integren los problemas sociales, económicos, ambientales y culturales, en orden a una convivencia donde se ponga por encima al bien común y el mundo que pretendemos para las próximas generaciones.

Advertimos que este conocimiento ecológico integral (hijo de la ciencia y el humanismo), implica como premisa un compromiso con la búsqueda de la justicia, la cooperación y la solidaridad para el bien de las familias de nuestra comunidad.

Este Consejo de Rectores que representa a instituciones que por su naturaleza misma son ámbitos de encuentro y diálogo, entiende entonces, que debiéramos impulsar acciones que ayuden a transformar y a transformarnos. Es decir que, hacia afuera, las Universidades debiéramos impulsar un diálogo fecundo y sincero entre todos los actores de la comunidad, principalmente los responsables políticos y sociales, sobre lo que nos afecta a todos: el cuidado de nuestra casa común. Debemos abrir aún más nuestras casas universitarias, hacer permeables nuestras aulas, escuchar, aprender, respetar y crecer con armonía. Y hacia adentro de nuestras casas debemos incubar el espíritu solidario, comprensivo, proclive a generar y dar.

Pero advirtamos que el diálogo, el cuidado del otro y de la Casa, debe reconocer y nutrirse de las diversidades, aceptar la multiculturalidad con la que las diferentes comunidades se expresan desde la ciencia, la filosofía y la religión, para lograr un diálogo sincero, inteligente y fructífero.

Por ello, como instituciones diversas, unidas por la delicada misión de educar a jóvenes y adultos, asumimos el compromiso, desde nuestra pluralidad de misiones y visiones, de generar conocimiento y formar personas con competencias para que todo lo reflexionado se ponga en acto y se concrete en hechos. El compromiso de formar seres íntegros capaces de trabajo profesional y gestión del conocimiento, pero con estricto sentido transformador.

Como cuerpo de rectores tenemos que incorporar mandatos al interior de nuestro Consejo y de las respectivas instituciones. En la función de Investigación el mandato será asumir la I+D y la innovación con contenido tecnológico y orientación a lo social, y dar prioridad a programas y líneas de investigación que impliquen diversidad de enfoque disciplinar, y que su soporte epistemológico y metodológico contemple la ética y el cuidado del hombre y la casa. En la función de enseñanza el mandato será asumir estrategias de educativas que resuelvan con transversalidad ejes curriculares para la formación en desarrollo sustentable y en asuntos inherentes al ambiente. En la función de vinculación el mandato será sostener un compromiso de cooperación, asociación y construcción de sinergia interinstitucional que resuelva creativamente la relación con la sociedad, el mercado y los gobiernos, y hasta con la propia universidad.

Insistimos, nuestro compromiso será asumir y dar sentido al hecho que compartimos una casa común, proponer una opción ética como condición de posibilidad para el conocimiento y el trato con la naturaleza, sabiendo que el hombre es parte de la misma, y que debemos recrear un mundo sustentable para las futuras generaciones, preservando lo que tenemos y generando una mejor calidad de vida para los que nos sucedan.

Para esto, nos comprometemos a revisar nuestros métodos, nuestros procesos, nuestros contenidos y nuestras formas de mediación; en orden a mejorar la calidad de las ofertas académicas e incrementar el alcance de nuestras acciones, tal que propongan y promuevan un sentido alineado a las sugerencias que recogimos de la Encíclica.

Finalmente invitamos a todos los ciudadanos, instituciones, organizaciones y gobiernos que compartan esta mirada y se sientan expresados por estas ideas que hoy exponemos públicamente, a sumarse al desafío de la construcción de conocimiento y capacidades para, entre todos recrear, un mundo solidario, justo y sostenible para nuestros hijos. –

Dado en San Miguel de Tucumán, el 09 de septiembre de 2016.

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